La Política Fiscal con perspectiva de género en México

El pasado 08 de marzo de 2022 con motivo del Día Internacional de la Mujer, se vivió en México una serie de eventos y movimientos sociales que revelan el papel activo de la Mujer en nuestro país; sin embargo, todo ello está lejos de una política fiscal con perspectiva de género que ayude a reducir la brecha salarial, reduzca el pago de impuestos para mujeres jefas de familia con escasos ingresos, y que dirija recursos públicos específicos para atender programas a favor de las mujeres.

Claudia Corichi, titular de Unidad de la Igualdad de Género de la Auditoria Superior de la Federación (ASF), manifestó que “La política fiscal puede ayudar a construir un nuevo orden donde se puedan tomar medidas diferenciadas con perspectiva de género, la política tributaria no puede ser ciega ante la situación laboral de las mujeres después de la pandemia”. Ya que al ser la política fiscal es un instrumento de política económica que puede servir para ampliar o cerrar la desigualdad en toda la población, y que puede tener un enfoque de género considerando que las mujeres fueron las más afectadas laboral y económicamente por la pandemia, pues no tienen el mismo acceso laboral que los hombres, además de la falta de un sistema de cuidados y un incremento de los trabajos mal pagados.

Por otra parte, Laura Grajeda, presidenta del Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP), durante la mesa “Política fiscal como instrumento para el logro de la igualdad de género” del Women Economic Forum (WEF) Iberoamérica 2022, consideró que México no se encuentra preparado para tener políticas diferenciadas, y que alrededor del mundo, solo 10 países lo han logrado, como Canadá e Islandia.

Lamentablemente, en México hace falta trabajar mucho en políticas tributarias para que haya equidad en los puestos que se ocupan en el sector público y privado, es importante señalar que si bien en los últimos años se ha producido un creciente reconocimiento de los sesgos de género de la política fiscal.

Tal como se materializo en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), el tema en el centro es la discusión sobre el desarrollo sostenible y la forma de construir marcos de políticas públicas que impulsen la igualdad de género. Destacando a la igualdad de género no solo como un derecho humano fundamental, sino también como uno de los cimientos para la construcción de un mundo pacífico, próspero y sostenible; empoderando a todas las mujeres y niñas, con sistemas proporcionales para el seguimiento de la igualdad de género y la asignación de fondos públicos.

Lo anterior, ya que, al adoptar presupuestos con un enfoque de género como eje transversal para la asignación de fondos públicos, se garantiza que sean suficientes y cubran todos los ámbitos de política pública para el cumplimiento de metas de igualdad, justicia social y económica para las mujeres, desde un enfoque de igualdad de género y derechos humanos. Impulsando políticas fiscales progresivas y destinando presupuestos con enfoque de género para garantizar recursos suficientes, intransferibles, sostenibles que cubran todos los niveles y ámbitos de política pública orientada a revertir las desigualdades de género y garantizar los derechos de las mujeres.

Al contar, con un sistema tributario progresivo se podría lograr una mayor sensibilidad de la brecha de género, lo anterior, tomando en cuenta que, en países como el nuestro, la participación de las mujeres en el mercado laboral cada día va en aumento por lo que resulta necesario el contar con una política fiscal que simplifique los sistemas fiscal y normativo para aligerar la carga tributaria y fortalezca la participación femenina en el mercado laboral como una prioridad.

Política fiscal en México.

Las autoridades fiscales mexicanas han aplicado una política fiscal conservadora incrementando los recursos destinados a salud, con motivo de la pandemia del SARS-COV 2, procurando combatir la evasión fiscal, a través de iniciativas que han impulsado los ingresos fiscales, simplificando el régimen tributario para las pequeñas y medianas empresas y los trabajadores independientes.

Aunque es probable que se necesiten más políticas públicas para avanzar satisfactoriamente hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible en materia de Impuesto Sobre la Renta e Impuesto al Valor Agregado, que concreten medidas hacia una política fiscal para la equidad de género, que favorezca la accesibilidad económica y reduzca el gasto por parte de las mujeres, como sucede en este año con los productos de higiene menstrual.

Política fiscal para una recuperación con igualdad de género.

El gran desafío será continuar con políticas fiscales expansivas durante este año y posiblemente el año próximo, a través de una mirada estratégica del gasto, además del gran desafío de contar con datos desagregados por sexo para analizar de qué forma las mujeres acceden a las medidas fiscales, identificando si las necesidades de las mujeres en las pequeñas y medianas empresas están siendo consideradas en los instrumentos de liquidez y así financiar políticas orientadas a garantizar los derechos de las mujeres en el contexto de la pandemia, tales como servicios de prevención y atención a situaciones de violencia.

Todo ello, desde una mirada de sostenibilidad fiscal, que amplie el espacio fiscal aumentando la recaudación de manera progresiva, a través del impuesto a la renta, al patrimonio y la riqueza, y el control de la evasión y elusión fiscal y los flujos financieros ilícitos.

De ahí, la importancia de contar con un gobierno paritario que subraye el compromiso de avanzar hacia un sistema de cuidados, promoviendo la participación y el liderazgo de las mujeres en la toma de decisiones macroeconómicas y en materia de políticas fiscales para impulsar una respuesta efectiva a la crisis pandémica que contribuya al cierre de las desigualdades de género. Tendiente a una recuperación con igualdad como una herramienta de desarrollo y una oportunidad para que las mujeres empresarias tengan acceso a fuentes de financiamiento, entre otros.

Por ello, es necesario analizar el impacto de género de las medidas fiscales y que los presupuestos sean sensibles al género como una oportunidad para una recuperación inclusiva. Que identifique los efectos positivos en la igualdad de género en el presupuesto.

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