De lo Ominoso en su Relación con las Infancias.

“[…] lo ominoso, no hay duda de que pertenece al orden de lo terrorífico, de lo que excita angustia y horror.”
Freud, S. Das Unheimliche. Lo ominoso. Os. Cs.
En días pasados, se escuchó la noticia donde un bebé fue encontrado muerto el día 10 de enero del 2022, debido a que un interno descubrió el cadáver de seis días de nacido entre la basura cuando recogía material PET para reciclar, esto fue en el penal de San Miguel en Puebla, México. Lo que se puede conocer por diversas fuentes informativas es que el cadáver fue sustraído de la Ciudad de México y fue utilizado como “mula” (expresión popular, para hacer referencia a una persona que trafica droga y la mercancía la transporta en su cuerpo, ya sea de manera externa o interna, por ejemplo; en el estómago, en la vagina, en el ano, ocultan cantidades de estupefacientes de manera sólida o líquida con el riesgo de morir debido a la absorción del cuerpo de dichas sustancias). Hasta el momento no se han esclarecido los hechos, y eso es lo que se puede leer por medio de las fuentes informativas. A todas luces es una muerte trágica dicho acontecimiento, y justo lo que queremos trabajar en el presente artículo es lo ominoso que envuelve a las infancias, estos tomados como un objeto-del-Otro como una forma de gozar, en el Un-heimlich, que en apariencia nadie sabe nada de cómo puede suceder que alguien ingrese con un bebé ya sea vivo o muerto a un penal, y luego salga sin él, y nadie dé cuenta de ello, es como si les entrara arena a los ojos para no ver, como en el cuento “El hombre de arena” incluido en las piezas nocturnas de Hoffmann que les arroja arena a los ojos de los niños, y se les cayeran para ser devorados en cuarto creciente

Las noticias, e incluso las propias personas que pudieron haber sido testigos de lo que pudo haber sucedido, tendrán su propia narrativa de los hechos, el mundo de los adultos intentan menoscabar y manipular a las infancias con sus discursos, ocultando en lo siniestro y dentro de lo familiar diversos secretos, que al paso del tiempo se ficcionarán y cada quién hará sus propias conjeturas que lo que sucedió. Por eso es que la palabra ominoso, lo siniestro no está fuera del registro de lo íntimo y familiar. Freud nos hace referencia a la traducción en su artículo de “Lo ominoso”. “La palabra alemana <unheimlich>, es, evidentemente lo opuesto de <Heimlich> (íntimo), <heimisch> (doméstico), <vertraut> (familiar), y puede inferirse que es algo terrorífico, justamente porque no es consabido (bekannt), ni familiar”. Freud, S. Lo ominoso.

Los centros de reclu-[inclu]-sión, en este caso el penal también visto desde lo éxtimo (externo-interno), como una banda de moebius, que está en apariencia alejado, fuera del aspecto social, marginado y señalado como lo ominoso, sin embargo es tan íntimo como lo perteneciente a lo familiar, a lo que representa la sociedad vista desde lo que se arroja a la basura, pero en el reciclaje se tiene la esperanza de encontrar algo que todavía pueda servir una vez más. Es entonces que Freud señala lo siguiente: “Entonces <heimlich> es una palabra que ha desarrollado su significado siguiendo una ambivalencia hasta coincidir al fin con su opuesto, unheimlich. De algún modo, unheimlich es una variedad de heimlich.” (Lo ominoso, Os. Cs.)

Es así como podemos decir que tanto lo ominoso está más cerca de lo familiar de lo que nos pudiéramos esperar, y no es de sorprender, ya que en ese lugar puede aparecer el doble, en alemán doppelgänger, donde es como si existiera otro fantasmagórico, <doppel> (doble) y <gänger> (errante), pero es a su vez él mismo, y ahí de nueva cuenta nos encontramos en esa banda moebiana, que sube y baja, y se ladea, sin embargo no existe un inicio ni un final, todo es parte de esa continuidad, como lo es el aspecto familiar-social, como si todo se conjugara y se quisiera señalar la basura fuera de la bondad, empero no es así, un acto de aparente caridad puede esconder en el fondo un acto de soberbia ante el otro, que se siente superior y por eso da lo que le sobra. En el caso de las infancias, los adultos en esa posición de apariencia superior, quisieran posicionarlos de manera inferior, incluso en las posiciones y en el propio lenguaje.

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